Por qué no debes fijarte solo en el interés cuando compares hipotecas

Tipo de interés, comparar hipoteca

Según el Banco de España, el tipo de interés medio de las hipotecas alcanzó su mínimo histórico el pasado mes de abril: 1,50%. Esto, como es lógico, es una buena noticia para todos aquellos que necesiten financiación para adquirir una vivienda, pues pueden conseguirla a muy buen precio.

Ahora bien, desde el comparador de hipotecas HelpMyCash.com matizan que un préstamo para la compra de una vivienda con un interés bajo no es necesariamente barato. Y es que hay bancos que, para sacarse un mayor margen, incluyen diversos gastos adicionales en el contrato que encarecen la factura final. Por ello, es aconsejable saber qué otros costes pueden tener estos créditos para evitarlos y ahorrar el máximo dinero posible

El interés puede estar bonificado

Según los analistas de este comparador, uno de los aspectos que puede encarecer el precio de una hipoteca es la bonificación. Y es que el interés que aplican los bancos está, en muchos casos, rebajado a cambio de contratar varios de sus productos: cuentas, tarjetas, seguros, planes de pensiones… En caso de no suscribirlos, el tipo aplicado subirá tanto como lo indique la escritura del préstamo.

Estos productos adicionales también pueden costar dinero: las comisiones de mantenimiento de las cuentas o de las tarjetas, las primas de los seguros, etc. Por ello, si se quiere contratar una hipoteca con un interés bonificado, es aconsejable revisar cuál sería el precio de los servicios extra del banco, que debe estar indicado en la información precontractual facilitada por la entidad.

Al conocer el precio de estos productos, el solicitante podrá valorar cuáles está dispuesto a contratar para conseguir un mejor interés. Y al mismo tiempo, le servirá para comparar esa hipoteca bonificada con los préstamos para vivienda que le ofrezcan otras entidades financieras.

Muchas hipotecas tienen comisiones

Desde HelpMyCash indican también que hay que tener cuidado con las comisiones, que son cargos que el banco le puede cobrar al hipotecado por la prestación de sus servicios. De entre todas ellas, la más conocida es la de apertura, que se cobra al contratar el préstamo y tiene un coste que suele ser del 0,5% sobre el importe prestado. La mayoría de las entidades ya no la cobran, pero siempre es aconsejable revisar la letra pequeña de la hipoteca ofrecida para comprobarlo. 

Asimismo, una hipoteca también puede tener comisiones por amortización anticipada (pagar dinero por adelantado), por novación (renegociar las condiciones) o por subrogación (cambiar el préstamo de banco). Estas únicamente se cobrarán si se lleva a cabo la operación penalizada, pero es aconsejable contratar un préstamo que no las tenga por si en el futuro se pretende realizar alguna de estas acciones.

Hay que decir, sin embargo, que hay muy pocos bancos que no cobren ninguna comisión por defecto. Aun así, siempre existe la opción de tratar de negociar con la entidad para que no las incluya en el contrato. En ese sentido, el solicitante tendrá más opciones de llegar a un acuerdo si tiene un perfil bueno (altos ingresos, situación laboral estable…) o si amenaza con contratar la hipoteca de otro banco.

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