Otoño caliente de la vivienda.

20 Minutos -Según los expertos en economía, agencias de lo mismo y gurús de la cosa, parace ser que este otoño llega calentito. Por lo visto, el verdadero "desastre" inmobiliario, con graves repercusiones para el sistema financiero, está a punto de llegar a nuestro país. 

Resulta incomprensible que España cuente con más viviendas sin vender (stock) que EE.UU. a pesar de que su mercado sea seis veces superior al nuestro. Más de un millon de viviendas (calculando a la baja) resultan invendibles si no bajan los precios considerablemente, algo que no está ocurriendo, ya que de acuerdo con los datos del Ministerio de la Vivienda, el precio medio apenas ha caído un 10%.

El 30% de todas la viviendas nuevas construidas en la UE desde el año 2000 se edificaron en España financiado con capital exterior. La quiebra del sector inmobiliario será un impacto muy fuerte para la Banca. La deuda acumulada por el ladrillo ya roza el 50% del PIB nacional (unos 470.000 millones de euros). Las insolvencias bancarias llegarán irremisiblemente. De momento, la situación se mantiene oculta por los "maquillajes" contables que está aplicando, pero a la postre, aflorará¡n como las arrugas en el rostro por muchos estiramientos que se verifiquen.

El Banco de España se verá obligado a seguir inyectando dinero a empresas y bancos para su refinanciación si en efecto el mercado inmobiliario, se enfrenta a pérdidas superiores a 250.000 millones de euros. A esto habría que añadir el crecimiento del paro que se situará en torno al 25% según el INEM. ¿De donde saldrá el dinero para pagar las hipotecas?

Da la sensación de que tanto los políticos españoles como los inversores internacionales han subestimado los graves problemas de nuestro país pero los acontecimientos les obligarán a modificar su criterio. Todas las burbujas terminan explotando, y en esto, "España no será diferente". ¿Tendrán solución para tanto descalabro nuestro ministro "multiusos", Pepiño Blanco, y algún que otro miembro del Gobierno que todos estamos imaginando?. Pues va a ser que no. ¡Tiempo al tiempo!

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