Las hipotecas mixtas, el patito feo del mercado hipotecario

Cuando queremos financiar la compra de una vivienda, normalmente el dilema se centra en si es mejor contratar un préstamo hipotecario a tipo variable o a tipo fijo.

Sin embargo, según el comparador de hipotecas de HelpMyCash.com, existe otra modalidad que, pese a ser minoritaria, está ganando protagonismo dentro de las comunicaciones publicitarias de los bancos: nos referimos a las hipotecas a tipo mixto.

Interés fijo primero y variable después

Como su propio nombre indica, el tipo de interés aplicado sobre esta clase de hipotecas es tanto fijo como variable. Durante los primeros años del plazo (entre cinco y 20 años, por lo general), el interés es un valor fijo, mientras que durante el resto del período de amortización, el tipo aplicado está formado por un diferencial más el valor de un índice de referencia, que casi siempre es el euríbor.

En cuanto al resto de las condiciones, estas hipotecas no difieren demasiado del resto. Su financiación máxima suele ser también del 80 % (o de entre el 60 % y el 70 % para segunda vivienda), mientras que el plazo rara vez supera los 30 años. Durante el período fijo, las hipotecas mixtas pueden incluir, igual que las hipotecas fijas, la comisión de riesgo por tipo de interés, una penalización que se cobra si se genera una pérdida a la entidad por una subrogación o una amortización anticipada.

Estos productos son especialmente atractivos para la banca, ya que con ellos obtienen unos ingresos fijos durante los primeros años (el euríbor ahora está en mínimos históricos) y dejan pasar algo de tiempo por si se produce una subida de los índices de referencia. Es por este motivo que algunas entidades colocan las hipotecas mixtas por delante de las fijas y de las variables en sus comunicaciones comerciales.

¿Es conveniente firmar una hipoteca mixta?

Sin embargo, las hipotecas a tipo mixto son, en el actual escenario, poco convenientes para los clientes. Como su interés inicial es fijo, no nos permite aprovechar el bajo euríbor. Además, si la cotización de este índice subiera dentro de unos años (algo probable, dado que se encuentra ahora en su mínimo histórico), el tipo aplicado ya sería variable, por lo que no estaríamos protegidos ante el encarecimiento de las mensualidades.

El único escenario en el que podría ser interesante contratar estos productos sería uno en el que subierarepentinamente el euríbor a muy corto plazo y bajara de una manera pronunciada a medio plazo. En este caso, el fijo inicial sí nos protegería ante los encarecimientos de la cuota y, cuando nos encontráramos en el período variable, podríamos aprovecharnos del bajo euríbor.

Sin embargo, se trata de una situación poco probable. Por ello, si queremos aprovecharnos de la actual cotización a la baja del euríbor, es mejor que optemos directamente por las hipotecas.

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