¿Es posible comprar y financiar una casa en plena crisis del COVID-19?

Hipotecas en estado de alarma

El confinamiento decretado por el Gobierno de España para combatir la pandemia de covid-19 ha paralizado o ralentizado a la mayoría de los sectores económicos de nuestro país: la industria, el comercio, el turismo… y también el inmobiliario.

Dadas las restricciones para poder salir a la calle, ¿los que quieran comprarse una vivienda pueden hacerlo? Y en caso de necesitar financiación, ¿pueden contratar un préstamo hipotecario? Desde el comparador bancario HelpMyCash afirman que, técnicamente, sí es posible completar ambas operaciones, aunque pueden presentarse obstáculos importantes.

Las visitas a la vivienda, primer escollo

El primer gran inconveniente que se encontrará una persona que quiera adquirir una vivienda es que no podrá hacer la visita de manera presencial, pues la cuarentena no permite esta clase de desplazamientos. Aquí conviene recordar que violar el confinamiento puede suponer una multa de varios miles de euros.

Las nuevas tecnologías permiten esquivar, al menos en parte, ese escollo. Por ejemplo, el vendedor puede enseñar su inmueble por videoconferencia o mediante cualquier aplicación que le permita grabar las distintas partes de la vivienda. La desventaja, sin embargo, es que el comprador no podrá hacer un análisis detallado de la casa o del piso para identificar desperfectos o potenciales problemas.

La tasación puede obstaculizar la hipoteca

Supongamos que se salva ese primer obstáculo porque se muestra virtualmente la vivienda o porque ya se visitó antes del estado de alarma. Si el comprador no tiene suficiente dinero para pagar la adquisición al contado, tendrá que pedir una hipoteca a un banco. Desde HelpMyCash.com aseguran que las entidades aún conceden estos préstamos, aunque la mayoría de los trámites hay que hacerlos a distancia por seguridad.

Sin embargo, existe un factor que puede impedir que se apruebe la solicitud de la hipoteca: que no se pueda tasar la vivienda. Esto podría ocurrir, por ejemplo, si el ocupante del inmueble no permitiera el acceso al tasador o si este último no quisiera realizar el encargo por motivos sanitarios. Para evitar que eso retrase el proceso, el comprador puede contactar con varias agencias homologadas, así como con el ocupante, para asegurarse de que el trabajo se podría llevar a cabo.

En este punto, además, hay que saber que si ya se había tasado la vivienda antes del estado de alarma, el informe todavía será válido, así que todavía se puede entregar al banco para que este lo utilice para llevar a cabo su análisis de riesgos. Por ley, las tasaciones no caducan hasta pasados seis meses desde su emisión.

La firma en la notaría podría posponerse

Si se han salvado los dos escollos anteriores, aún quedaría uno más: la firma de la escritura hipotecaria y la de compraventa en la notaría. Los notarios están autorizados a formalizar las operaciones que tengan “carácter urgente”, pero si consideran que esa adquisición no lo es, pueden posponer la fecha de la firma hasta que se levante el estado de alarma. Por ello, es aconsejable contactar con varios notarios de la zona para saber si sería posible formalizar la adquisición.

En caso de que ningún notario quiera escriturar la operación, desde el comparador HelpMyCash recomiendan pactar con el banco para que su oferta final se mantenga válida hasta que se pueda firmar la hipoteca. Asimismo, no está de más llegar a un acuerdo con el vendedor para que se extienda el plazo de la reserva, pues así no habrá peligro de perder el dinero si no se puede formalizar la compra a tiempo.

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