A quién conviene y a quién no hipotecarse a tipo fijo

Cada vez más españoles deciden contratar una hipoteca fija para financiar la compra de una vivienda. Así lo acredita el Instituto Nacional de Estadística, que asegura que el 43,7% de los créditos firmados en julio de 2019 para esa finalidad tenían un interés constante.

Pero ¿estos productos convienen a todos los adquirientes? Desde el comparador financiero HelpMyCash.com afirman que, en general, son más adecuados para los que tienen una cierta aversión al riesgo, para los inversores y para los que necesitan una segunda residencia.

A los menos tolerantes al riesgo

Las hipotecas fijas, como su propio nombre sugiere, tienen un interés que se mantiene inalterable durante todo el período de devolución. Por lo tanto, pueden ser una opción adecuada para los clientes que desconfían del euribor y que prefieren que sus cuotas sean siempre estables, incluso si eso implica pagar más dinero a la larga. Actualmente, este índice se sitúa en mínimos históricos, pero en el pasado ha llegado a cotizar por encima del 5%, así que no es descartable que pueda volver a subir en las próximas décadas.

Para esos usuarios poco tolerantes al riesgo este es, quizás, el mejor momento para firmar una hipoteca a tipo fijo. Los bancos llevan varios meses abaratando estos préstamos, de tal forma que ahora pueden encontrarse intereses nunca vistos: de menos del 2% si se devuelve el crédito en 30 años, de menos del 1,75% si se reembolsa en 20 años o de menos del 1,50% si se amortiza en 15 años, por ejemplo.

A inversores y compradores de segunda vivienda

Estos préstamos hipotecarios también pueden ser convenientes para los inversores que adquieren una vivienda para ponerla en alquiler o para venderla posteriormente. Como sus cuotas son siempre las mismas, es mucho más fácil hacer cuentas para calcular la posible rentabilidad de la operación. Además, es un buen modo de protegerse ante posibles subidas del euribor que puedan encarecer las mensualidades de la hipoteca.

Y para los que quieren comprar una segunda residencia se aplica una lógica parecida. En estos casos, la cotización al alza del euribor podría descuadrar el presupuesto del adquiriente, sobre todo si este tuviera también una hipoteca sobre su vivienda habitual. Con una hipoteca fija, en cambio, resulta mucho más sencillo planificar los pagos y minimizar el riesgo de demora.

Más caras a corto plazo

Desde el comparador HelpMyCash recuerdan, eso sí, que las hipotecas fijas son, por ahora, más caras que las variables. Ya hemos explicado que el interés de los primeros préstamos solo baja del 1,50% si el plazo es de 15 años o inferior, mientras que el de los segundos está formado por un diferencial que suele ser de entre el 1% y el 1,20% más un euribor que cotiza en negativo. En consecuencia, con un tipo constante se pagan actualmente unas cuotas más caras.

Así, una hipoteca a tipo fijo puede ser menos adecuada para una persona que prefiera pagar unas cuotas muy baratas y no le importe depender del euribor. Decantarse por un interés variable saldrá más a cuenta a corto plazo, pero es importante tener la capacidad económica suficiente para poder afrontar unas mensualidades más caras en caso de que este índice cotice al alza dentro de unos años.

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