Soluciones para no perder tu casa si no puedes pagar la hipoteca

Actualmente, los hipotecados españoles pagan las cuotas más baratas de la historia, pues los intereses de los préstamos hipotecarios nunca habían sido tan bajos. Sin embargo, aún hay familias que atraviesan por dificultades económicas y que, por varias circunstancias, no pueden hacer frente a las mensualidades.

De la mano del comparador de hipotecas HelpMyCash, a continuación veremos qué puede hacerse en estos casos para evitar las sanciones por demora asociadas al impago y la pérdida final de la vivienda.

1. Pedir una carencia

Lo primero que hay que hacer si no podemos pagar las cuotas de nuestra hipoteca es acudir rápidamente al banco para explorar posibles soluciones. Una de ellas puede ser pedir un período de carencia total o de capital, esto es, un tiempo muerto durante el que no tengamos que abonar las mensualidades o, al menos, solo se nos cobre la parte correspondiente a los intereses.

Gracias a la carencia podremos ganar unos meses para reflotar nuestra situación económica y, a la vez, evitaremos las penalizaciones por demora que se nos aplicarían si optáramos por no pagar las cuotas. Eso sí, hay que decir que este tiempo muerto no sale gratis, pues mientras se aplique, los intereses se acumularán sobre el capital pendiente, por lo que el coste del producto será más caro a la larga. Además, es posible que se nos cobre una comisión por la modificación del contrato más los obligatorios gastos de formalización.

2. Solicitar una ampliación del plazo

Otra opción que nos puede dar el banco (o que podemos solicitar) es ampliar el período de amortización de la hipoteca. De este modo, el importe de las mensualidades será más asequible, por lo que no tendremos tantos problemas para hacer frente a los pagos. Eso sí, igual que en el caso anterior, la entidad nos cobrará los gastos de novación más una posible comisión por la modificación del contrato, aunque esta no podrá superar el 0,1 % del capital pendiente.

Asimismo, hay que decir que prolongar el período de amortización de un préstamo hipotecario a la larga lo encarece. Es cierto que las cuotas a pagar en este caso serán más bajas, pero los intereses se devengarán durante más tiempo. En consecuencia, cuando hayamos terminado de reembolsar la hipoteca, la cantidad que habremos abonado en este concepto será notablemente más elevada.

3. Agrupar nuestras deudas

Pero ¿qué ocurre si lo que nos impide pagar las cuotas de la hipoteca son el resto de las deudas que tenemos vigentes? Si sufrimos un ahogo financiero por culpa de nuestros créditos, una buena solución puede ser unificarlos todos en un solo préstamo, algo que podemos hacer ampliando la hipoteca para que cubra el resto de nuestras deudas. Así, todas las mensualidades se agruparán en una sola cuota.

La consolidación de deudas, sin embargo, también tiene sus desventajas. El primero, que la ampliación de la hipoteca tiene los gastos asociados que ya hemos mencionado. El segundo, que al agrupar todos los préstamos en uno solo, seguramente habrá que alargar también el plazo, por lo que terminaremos pagando más dinero en intereses.

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