La Razón - En la Comunidad de Madrid no hay excedente de viviendas terminadas y no vendidas. Muy al contrario, habría que construir más para satisfacer la demanda existente. Así lo aseguran los promotores inmobiliarios de la región, cuya patronal, Asprima, presentó ayer su informe «Estudio de la oferta de vivienda nueva en la Comunidad de Madrid», en el asegura que el stock es de sólo 8.626 viviendas.
La cifra choca con las más de 53.000 unidades que arroja el último censo del Ministerio de Vivienda y, a decir de José Manuel Galindo, presidente de Asprima, ni siquiera debería ser considerado como una sobreoferta real sino como un stock técnico necesario para el funcionamiento del mercado que es claramente insuficiente para satisfacer la demanda existente.
Según los datos de un estudio realizado por la Universidad Complutense para la Comunidad de Madrid, la demanda anual de viviendas en la región sería de unas 50.000 unidades, por lo que el stock y las 17.764 que ahora mismo están en ejecución según el estudio, serían insuficientes para cubrir estas necesidades.
«Se podrían iniciar más viviendas porque hay demanda. ¿Por qué no se hace? Porque hay problemas de financiación», explicó Galindo de forma sintética. En opinión del presidente de Asprima, las entidades financieras se escudan en las grandes cifras macroeconómicas, los más de 322.000 millones de euros que les adeudan los promotores –36.000 de ellos morosos– «para justificar la falta de crédito cuando hay promotores capaces y con posibilidades de construir» que, si no lo hacen, es porque no tienen financiación, se lamentó Galindo.
El déficit constructor es, precisamente, una de las razones que explican que el stock se haya reducido de forma tan drástica. Ante la falta de nuevas promociones, los compradores han tenido que mirar a lo ya edificado. La otra, según Galindo, es el precio. Los promotores siguen defendiendo que han rebajado el precio de las viviendas una media de un 20% y que no pueden bajarlo más porque, de hacerlo, incurrirían en pérdidas porque no les llegaría ni para devolver sus créditos a la banca. La UE, sin embargo, cree que España está lejos de haber ajustado los precios.