EFE - El presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, Santiago Baena, ha afirmado hoy que más de 50.000 oficinas inmobiliarias se han cerrado en España en el último año y medio en España.
Baena ha hecho estas declaraciones, dentro del V Congreso Nacional de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) que, bajo el lema "En clave de futuro", analizará durante tres días en Logroño la labor de los API, el nivel de calidad e innovación que mantiene este sector y los retos de la actividad.
Baena ha asegurado que, según los datos del Instituto de Práctica Empresarial, en el período 2007-2008, cerraron entre 40.000 y 50.000 oficinas en toda España, y, desde entonces, "han caído muchas mas", que no ha llegado a concretar porque no son APIs.
La "bonanza" económica de los últimos años, ha precisado, ha propiciado que las inmobiliarias -distintas a las Agencias de Propiedad Inmobiliaria- surgieran como "setas", y en especial, tras la publicación del Real Decreto Ley de 23 de junio de 2000 de medidas urgentes de liberalización en el sector inmobiliario y transportes, y la posterior Ley de 20 de mayo de 2003.
Estas normas liberalizadores, ha explicado, permitieron que las tareas propias de los APIs pudieran ser ejercidas por cualquiera, sin necesidad de poseer título alguno ni estar colegiado en un Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria.
Con estas normas, "cualquiera podía abrir una inmobiliaria, que es algo muy diferente a una Agencia de Propiedad Inmobiliaria", regentada por titulados profesionales en esta materia, y, además, colegiados, ha subrayado Baena.
El presidente de los APIs ha convenido en que el mercado inmobiliario "está congelado", a pesar de que los precios de venta de la vivienda "se han ajustado enormemente, tanto en primera mano, que han llegado hasta los costos, como en segunda mano, que se han ajustado hasta un 40 por ciento".
Baena e ha mostrado "optimista" de que esta crisis "se saldrá", aunque también ha asegurado que "no se recuperaran los niveles anteriores porque no se pueden dar las mismas circunstancias que provocaron el 'boom' de las inmobiliarias, y el valor del dinero ha llegado unos bajos históricos".
Ha abogado también por que "las entidades financieras empiecen, si pueden, a abrir la mano dando crédito y lleguen los fondos a las empresas y consumidores".