La Rioja - Basta un somero vistazo al paisaje urbano para ver cómo en los últimos meses han desaparecido gran parte de las inmobiliarias que hace nada afloraban de la noche a la mañana. ¿Cuántas han cerrado? Los datos manejados por el propio sector indican que el número de firmas actualmente en Logroño es de 47, cuando a finales del 2007 era de 119. O lo que es igual: prácticamente dos tercios menos, en una proporción que se repite en toda la región.
La reducción del número de oficinas ha sido incluso más drástico, teniendo en cuenta que no eran pocas las empresas que disponían de más de una sede. Así, las 140 existentes hace un año han quedado en no más de 40. Las que «sobreviven», como explica el presidente de la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios (APEI), Óscar Martínez Solozábal, lo hacen bajo mínimos por el impacto de la crisis.
Recortes de personal, minimización de gastos fijos, apuesta decidida por el alquiler como fuente de ingresos, reagrupación de oficinas o traslado a otras más económicas, ampliación de la oferta... «Vender un piso al mes es ahora mismo una heroicidad, de forma que las inmobiliarias están optando por diversificar sus prestaciones convirtiéndose en empresas de servicios inmobiliarios», explica Martínez Solozábal, quien en el 2007 ya pronosticó esta drástica reducción. «Era previsible», reflexiona. «Muchos ajenos al sector se subieron entonces al carro, y abusaron de la vorágine». «La comisión del 3% que por lo general se cobra al cliente por la gestión -subraya-, fue elevada por algunos muchas décimas por encima; todo valía, y eso no ayudó precisamente a la imagen del conjunto del sector inmobiliario».
La criba deja entrever alguna luz. «La mayoría de las inmobiliarias que se mantienen son los especialistas de siempre; con esa profesionalidad que antes el comprador obviaba y ahora reclama», dice el presidente de APEI para recordar que la publicidad, los equipos informáticos, las sedes y el personal conforman el grueso de los gastos que las inmobiliarias deben afrontar cada mes «vendan o no».